30/3/14

El Banquete de Platón(Συμπόσιον)(Marco Ferreri, Grupo Bema, 1988)

"Οὐ γὰρ ἔγωγ᾽ ἔχω εἰπεῖν ὅτι μεῖζόν ἐστιν ἀγαθὸν εὐθὺς νέῳ 
ὄντι ἢ ἐραστὴς χρηστὸς καὶ ἐραστῇ παιδικά"

"Pues yo al menos no puedo decir que exista 
para un joven recién llegado a la adolescencia
 mayor bien que tener un amante virtuoso, 
o para un amante, que tener un amado".

Platón. El Banquete


El Banquete de Platón(Συμπόσιον)(Marco Ferreri, Grupo Bema, 1988) 


En el año 1988 Marco Ferreri escribió y dirigió un experimento cinematográfico centrado en la recreación de un banquete celebrado por Agatón y durante el que los invitados discuten acerca del amor entre los hombres (mujeres y hombres, queremos decir). Aristófanes, Sócrates y otros filósofos versan sobre un tema universal al que tanto debe el cine. Una cinta que estuvo inédita por razones comerciales. Protagonizada por Irene Papas y Philippe Leotard.
Director: Marco Ferreri, Intérpretes: Farid Chopel, Irene Papas, Jean-Pierre Kalfon, Lucas Belvaux, Philippe Léotard, Vincent Lindon, Título en VO: Le banquet de Platon Año: 1989. , Duración: 93 min., Guión: Marco Ferreri,Fotografía: Charlie Gaeta




¿Qué es el amor(eros)?


"—¿Cuál es, la dije, la función propia de un demonio?

—La de ser intérprete y medianero entre los dioses y los hombres; llevar al cielo las súplicas y los sacrificios de estos últimos, y comunicar a los hombres las órdenes de los dioses y la remuneración de los sacrificios que les han ofrecido. Los demonios llenan el intervalo que separa el cielo de la tierra; son el lazo que une al gran todo. De ellos procede toda la esencia adivinatoria y el arte de los sacerdotes con relación a los sacrificios, a los misterios, a los encantamientos, a las profecías y a la magia. La naturaleza divina como no entra nunca en comunicación directa con el hombre, se vale de los demonios para relacionarse y conversar con los hombres, ya durante la vigilia, ya durante el sueño. El que es sabio en todas estas cosas es demoníaco; y el que es hábil en todo lo demás, en las artes y oficios, es un simple operario. Los demonios son muchos y de muchas clases, y el Amor es uno de ellos.

—¿A qué padres debe su nacimiento? pregunté a Diotima.

—Voy a decírtelo, respondió ella, aunque la historia es larga.

Cuando el nacimiento de Venus, hubo entre los dioses un gran festín, en el que se encontraba, entre otros, Poros (Πόρυσ, la Abundancia), hijo de Metis (Μήτις, la Prudencia). Después de la comida, Penia (Πενία, la Pobreza) se puso a la puerta, para mendigar algunos [339] desperdicios. En este momento, Poros, embriagado con el néctar (porque aún no se hacia uso del vino), salió de la sala, y entró en el jardín de Júpiter, donde el sueño no tardó en cerrar sus cargados ojos. entonces, Penia, estrechada por su estado de penuria, se propuso tener un hijo de Poros. fue a acostarse con él, y se hizo madre del Amor (Eros). Por esta razón el Amor (Eros) se hizo el compañero y servidor de Venus, porque fue concebido el mismo día en que ella nació; además de que el Amor ama naturalmente la belleza y Venus es bella. Y ahora, como hijo de Poros y de Penia, he aquí cuál fue su herencia. Por una parte es siempre pobre, y lejos de ser bello y delicado, como se cree generalmente, es flaco, desaseado, sin calzado, sin domicilio, sin más lecho que la tierra, sin tener con qué cubrirse, durmiendo a la luna, junto a las puertas o en las calles; en fin, lo mismo que su madre, está siempre peleando con la miseria. Pero, por otra parte, según el natural de su padre, siempre está a la pista de lo que es bello y bueno, es varonil, atrevido, perseverante, cazador hábil; ansioso de saber, siempre maquinando algún artificio, aprendiendo con facilidad, filosofando sin cesar; encantador, mágico, sofista. Por naturaleza no es ni mortal ni inmortal, pero en un mismo día aparece floreciente y lleno de vida, mientras está, en la abundancia, y después se extingue para volver a revivir, a causa de la naturaleza paterna. Todo lo que adquiere lo disipa sin cesar, de suerte que nunca es rico ni pobre. Ocupa un término medio entre la sabiduría y la ignorancia, porque ningún dios filosofa, ni desea hacerse sabio, puesto que la sabiduría es aneja a la naturaleza divina, y en general el que es sabio no filosofa. Lo mismo sucede con los ignorantes; ninguno de ellos filosofa, ni desea hacerse sabio, porque la ignorancia produce precisamente el pésimo efecto de persuadir a los que no son bellos, ni buenos, ni sabios, de que poseen estas [340] cualidades; porque ninguno desea las cosas de que se cree provisto.

—Pero, Diotima, ¿quiénes son los que filosofan, si no son ni los sabios, ni los ignorantes?

—Hasta los niños saben, dijo ella, que son los que ocupan un término medio entre los ignorantes y los sabios, y el Amor es de este número. La sabiduría es una de las cosas más bellas del mundo, y como el Amor ama lo que es bello, es preciso concluir que el Amor es amante de la sabiduría, es decir, filósofo; y como tal se halla en un medio entre el sabio y el ignorante. A su nacimiento lo debe, porque es hijo de un padre sabio y rico, y de una madre que no es ni rica ni sabia. Tal es, mi querido Sócrates, la naturaleza de este demonio. En cuanto a la idea que tú te formabas, no es extraño que te haya ocurrido, porque creías, por lo que pude conjeturar en vista de tus palabras, que el Amor es lo que es amado y no lo que ama. he aquí, a mi parecer, por qué el Amor te parecía muy bello, porque lo amable es la belleza real, la gracia, la perfección y el soberano bien. Pero lo que ama es de otra naturaleza distinta como acabo de explicar."

Diálogo con Diotima,  la Pitonisa del Templo de Delfos, sobre la naturaleza del Amor (Eros) narrado por el Sócrates platónico. 
Extracto del diálogo El Banquete o El Simposio de Platón (1)

***
El Banquete de Platón.
El banquete o El simposio (en griego antiguo Συμπόσιον, Sympósion) es un diálogo platónico compuesto hacia 380 a. C. que versa sobre el amor. Esta obra, junto al Fedro conformó la idea de amor platónico.
La narración se sitúa en el banquete organizado por el poeta trágico Agatón para celebrar su victoria en las fiestas Leneas del 416 a. C. Tras la comida Erixímaco propone pasar el tiempo en mutuos discursos y a debatir un tema que Fedro ha tenido en mente. Erixímaco pide que cada uno de los invitados improvise un elogio a Eros pues, según comentarios de Fedro, siendo éste dios uno de los más importantes, rara vez es encomiado como mereciera.
Es entonces el propio Fedro el que comienza la serie, con un encendido elogio del amor, Eros, al que considera el más antiguo y admirable de los dioses. Tras él, el sofista Pausanias habla de la doble naturaleza del amor, distinguiendo entre uno vulgar y otro que aspira a lo bello y lo bueno. Erixímaco, el tercero en hablar, propone una visión algo más científica, entendiendo el amor como un principio fundamental que, junto al odio, domina a la naturaleza y al hombre.
Sigue entonces el discurso de Aristófanes, al que se debe sin duda gran parte de la fama de la que goza el Banquete. En él se introduce un mito según el cual hubo un tiempo en que la tierra estaba habitada por personas esféricas con dos caras, cuatro piernas y cuatro brazos. Tres sexos existían entonces: el masculino, descendiente del sol; el femenino, descendiente de la tierra y el andrógino, descendiente de la luna, que participaba en ambos. La arrogancia de estos seres provocó la ira de Zeus que para someterlos los dividió con su rayo, convirtiéndolos en seres incompletos y condenándolos a anhelar siempre la unión con su mitad perdida. De este mito viene la expresión "media naranja".
Tras el discurso de Aristófanes el turno llega a Agatón y después a Sócrates, que comienza con un irónico exordio en el que advierte de que no elogiará a Eros faltando a la verdad sobre él sino que contará lo que sabe del amor sin callar lo que no sea hermoso. Sócrates explica que fue instruido en asuntos amorosos por Diotima, una sabia mujer de Mantinea cuya veracidad histórica no ha sido aclarada. El concepto central de estas enseñanzas es la sublimación del amor, proceso por el cual el amor a un cuerpo bello ha de conducirnos a amar todos los cuerpos bellos y tras ello al amor de todas las cosas bellas y de la Belleza en sí que, para Sócrates y Platón, que habla a través de él, resulta idéntica a lo Bueno.
El diálogo se cierra con la bulliciosa entrada de un ebrio Alcibíades en la celebración. Éste elogia entonces la figura misma de Sócrates, alabando su templanza y su apego a la verdad, a cuya búsqueda vive consagrado. De esta forma se muestra al lector cómo el propio Sócrates es la encarnación perfecta de los preceptos que él mismo expuso en su discurso. Como ejemplo, Alcibíades nos narra cómo, a pesar de que entonces toda Atenas reconocía su belleza física, Sócrates rehusó el trato sexual con él.(2)

Fuentes:
(1) Platón. El Banquete o del Amor [En línea]. Disponible en: Proyecto de Filosofía en español http://www.filosofia.org/cla/pla/azc05297.htm

(2) El banquete. (2011, 10 de octubre). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 07:30, noviembre 23, 2011 desde http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=El_banquete&oldid=50423630.
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El Banquete de Platón. 
Anselm Feuerbach, 1873. 
Nationalgalerie, Berlín

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